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entreguen al tal a Satanás para la destrucción de la carne, a fin de que su espíritu sea salvo en el día del Señor.

La jactancia de ustedes no es buena. ¿No saben que un poco de levadura leuda toda la masa? Límpiense de la vieja levadura, para que sean una nueva masa, como lo son en realidad sin levadura; porque Cristo, nuestro Cordero pascual, ha sido sacrificado.

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